Desde que recuerdo he creído que es muy importante hacer lo que uno quiere, donde quiera, cuando quiera y con quien quiera, al fin y al cabo la única responsable por mis actos soy yo.
Sé que a veces nuestros actos no son aceptados, pero a la mierda, estamos en un país libre y yo hago lo que quiero, eso sí sin lastimar a nadie, porque obviamente no quiero que me lastimen, además de ello me gusta respetar a las personas.
Mis ideas y mi forma de ver y vivir la vida no se adaptan a la sociedad limeña, estoy rodeada de conservadores, en la universidad, en el trabajo, en la casa, ashhh., pero me importa un cuerno, yo al igual que todas las personas, que estan planeta, estamos aquí para ser felices, cada uno lo será a su manera.
Considero también importante respetar la forma de pensar de las personas, por que yo soy un poquitín liberal, sin tapujos, respeto la libertad de expresión, religión y sobre todo de sexo y porsupuesto de tener sexo, es una necesidad fisiológica importantísima y un buen ejercicio también.
Dejarse llevar por la pasión es lo más genial que se puede hacer, siempre y cuando estes consiente de lo que estés haciendo, en pocas palabras se debe estar sobrio.
Eso es lo que me gusta, embriagarme de pasión y dejar que mis sentimientos, la química, la magia, el momento fluyan por sí solos, y eso ocurrió con un buen mozo, del cual no recuerdo el nombre, y oye no es que no se lo preguntase, sino que tengo muy mala memoria, el punto es que pasé un momento agradable, disfruté de cada minuto, cada beso, cada tocada, todo ocurrió en la calle, así es, no sé por que, lo confesaré aquí y ahora; la calle se ha convertido en el escenario de mis actos pasionales, el vertigo que se apodera de mí al pensar de que alguien me ve es divertido.
Nada fuera de los normal ocurrió, besos, carisias, él atinó a enseñarme lo suyo y me pidió el número de mi celular, ya a mandado un mensaje de texto para concretar una cita, obviamente he aceptado.
... Ah! por cierto el nombre de mi cita es Henry, así lo dice el mensaje.
Te contaré luego que es lo que sucedió. Te dejo.
Sé que a veces nuestros actos no son aceptados, pero a la mierda, estamos en un país libre y yo hago lo que quiero, eso sí sin lastimar a nadie, porque obviamente no quiero que me lastimen, además de ello me gusta respetar a las personas.
Mis ideas y mi forma de ver y vivir la vida no se adaptan a la sociedad limeña, estoy rodeada de conservadores, en la universidad, en el trabajo, en la casa, ashhh., pero me importa un cuerno, yo al igual que todas las personas, que estan planeta, estamos aquí para ser felices, cada uno lo será a su manera.
Considero también importante respetar la forma de pensar de las personas, por que yo soy un poquitín liberal, sin tapujos, respeto la libertad de expresión, religión y sobre todo de sexo y porsupuesto de tener sexo, es una necesidad fisiológica importantísima y un buen ejercicio también.
Dejarse llevar por la pasión es lo más genial que se puede hacer, siempre y cuando estes consiente de lo que estés haciendo, en pocas palabras se debe estar sobrio.
Eso es lo que me gusta, embriagarme de pasión y dejar que mis sentimientos, la química, la magia, el momento fluyan por sí solos, y eso ocurrió con un buen mozo, del cual no recuerdo el nombre, y oye no es que no se lo preguntase, sino que tengo muy mala memoria, el punto es que pasé un momento agradable, disfruté de cada minuto, cada beso, cada tocada, todo ocurrió en la calle, así es, no sé por que, lo confesaré aquí y ahora; la calle se ha convertido en el escenario de mis actos pasionales, el vertigo que se apodera de mí al pensar de que alguien me ve es divertido.
Nada fuera de los normal ocurrió, besos, carisias, él atinó a enseñarme lo suyo y me pidió el número de mi celular, ya a mandado un mensaje de texto para concretar una cita, obviamente he aceptado.
... Ah! por cierto el nombre de mi cita es Henry, así lo dice el mensaje.
Te contaré luego que es lo que sucedió. Te dejo.
